Prosa
Poética
La prosa poética corresponde
al segundo tipo de obras y líricas que existen. En ella se pueden encontrar los
mismos elementos que en el poema: hablante lírico, actitud lírica, objeto y tema, pero
sin los elementos formales (métrica, rima)
que caracterizan el verso.
Se distingue del poema por estar
escrita en prosa y
del cuento o
del relato porque
su finalidad no es específicamente narrar hechos sino transmitir sentimientos,
sensaciones e impresiones.
Su iniciador fue el francés Aloysius
Bertrand, que en su libro Gaspard de la nuit introdujo
los primeros poemas en prosa a la literatura. Sin embargo, el estilo de
Bertrand no obtuvo acogida por parte de los poetas románticos,
por lo que pasó desapercibido. Fue el poeta Charles Baudelaire, con su libro El Spleen de París, el que revivió la idea
de Bertrand y le dio fama a este tipo de poesía, influyendo luego grandemente a
varios poetas simbolistas, entre ellos a Arthur Rimbaud,
particularmente en el libro Iluminaciones.
Muchos micro relatos están
potenciados por su carga poética y, en muchos casos, la frontera con la poesía
en prosa es difícil de determinar. Es el caso de muchos textos de Julio Cortázar (p/ej.
en Historias de cronopios y de famas),
o en textos de Antonin Artaud o de Oliverio Girondo,
donde el valor poético de las obras predomina sobre la intención de contar.
Prosa es la
estructura que toma naturalmente el lenguaje para expresar conceptos.
Dicha forma no está sujeta a determinadas medidas o cadencias, a diferencia del
verso. Por eso el lenguaje prosaico suele definirse por oposición al
verso.
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